BITACORA DEL DESHIELO


BITACORA DEL DESHIELO

[ septiembre 05, 2003 ]

LA IRA ES UN ARBOL

 

La ira es un árbol que te va creciendo en las entrañas; rara planta que partiendo de tu hígado invade tus brazos, tus piernas, tus orejas y tus ojos. Maldita sea la hora en que tus ojos son contaminados, sería mejor perder la vista. Más tarde, se alimenta de tus pensamientos y como una maldita ciénega los va haciendo mudos, oscuros, lodosos y pútridos.
En qué momento su nudoso tallo abarca todo tu ser no sé. Te vas secando mientras él se expande; pero no, sólo un fruto expulsa, y sus hojas horribles son sólo astillas, y de astillas sufres el delirio.
No hay animal que se acerque a él porque hasta ellos saben lo que oculta. Los buitres se posan en él porque ellos no son aves, son semillas del dolor. El árbol crea sus propios gusanos. Puedes escapar de él, pero antes debes enfrentar a la pantera su copa. No, ella tampoco es natural. Cada afilado colmillo, cada garra torcida son creación de ti. De ti, que año con año te vas volteando hacia dentro, que año con año te haces más lejano de los hombres de verde centro. No compartes más que dolor, no exudas más que maldiciones y ellos, para no contaminar sus propias vidas se van alejando o se ocultan tras murallas de palabras.
Quiera ese dios lejano venir en tu ayuda, ojalá que los antiguos héroes sepan de tu tragedia. No. No es posible la ayuda externa. Enfréntate al árbol inconmovible, al negro felino que mora en sus ramas. La recompensa está ahí. Destruye pues la más inmisericorde parte de tí. Tienes que planearlo porque de su crepúsculo saldrás más fuerte, de su fin crearás más vida, más caos, escaparás más rápido a la muerte. Él es potente pero tú eres más personas. Apresúrate porque está por aniquilar a quienes eres tú, a tú multiplicidad, a las mañanas fértiles, a la alegría de la actividad.
El ensalmo debe empezar ahora. Vela armas, date cuenta de tus debilidades, conoce tus dones, bebe el elixir del viento, forja tu coraza porque el corazón del árbol es daga de marfil, porque su savia es un tósigo que ni la sangre del centauro. Necesitarás ayuda. Existen las personas que te guíen; están presentes pero no están ahí, serán tu luz, sin ellos todo está perdido. Más tarde quizás puedas agradecerles con tu vida.
Mañana es demasiado tiempo; ya es apenas suficiente. No lo dejes respirar, dómalo, véncelo y de su madera construirás tu refugio, tu hacienda.
La lucha será ardua pero sería peor la inmovilidad. Que te acompañe yo, que te dé fuerzas ella. Un trago y adelante.

Reyes
[2:54 p.m.]

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